CAPÍTULO I: LOS INCAS HACIAN COLONIAS; TUVIERON DOS LENGUAJES

sábado, 11 de mayo de 2013

Capítulo I: Los Incas hacian colonias; tuvieron dos lenguajes.
Los Reyes Incas trasplantaban indios de unas provincias a otras para que habitasen en ellas; hacíanlo por causas que les movían, unas en provecho de sus vasallos, otras en beneficio propio, para asegurar sus reinos de levantamientos y rebeliones. Los incas, yendo conquistando, hallaban algunas provincias fértiles y abundantes de suyo, pero mal pobladas y mal cultivadas por falta de moradores; a estas tales provincias, porque no estuviesen perdidas, llevaban indios de otras de la misma calidad y temple, fría o caliente, porque no se les hiciese de mal la diferencia del temperamento. Otras veces los trasplantaban cuando multiplicaban mucho de manera que no cabían en sus provincias; buscábanles otras semejantes en que viviesen; sacaban la mitad de la gente de la tal provincia, más o menos, la que convenía. También sacaban indios de provincias flacas y estériles para poblar tierras fértiles y abundantes. Esto hacían para beneficio así de los que iban como de los que quedaban, porque, como parientes, se ayudasen con sus cosechas los unos a los otros, como fue en todo el Collao, que es una provincia de más de ciento y veinte leguas de largo y que contiene en si otras muchas provincias de diferentes naciones, donde, por ser la tierra muy fría, no se da el maíz, ni el uchu, que los españoles llaman pimiento, y se dan en grande abundancia otras semillas y legumbres que no se dan en las tierras calientes como la[s] que llaman papa y quinua, y se cría infinito ganado.
De todas aquellas provincias frías sacaron por su cuenta y razón muchos indios y los llevaron al oriente de ellas, que es a los Antis, y al poniente, que es a la costa de la mar, en las cuales regiones había grandes valles fertilísimos de llevar maíz y pimiento y frutas, las cuales tierras y valles antes de los Incas no se habitaban; estaban desamparados, como desiertos, porque los indios no habían sabido ni tenido maña para sacar acequias para regar los campos. Todo lo cual bien considerado por los Reyes Incas, poblaron muchos valles de aquellos incultos con los indios que, a una mano y a otra, más cerca les caían; diéronles riego, allanando las tierras para que gozasen del agua, y les mandaron por ley que se socorriesen como parientes, trocando los bastimentos que sobraban a los unos y faltaban a los otros. También hicieron esto los Incas por su provecho, por tener renta de maíz para sus ejércitos, porque, como ya se ha dicho, eran suyas las dos tercias partes de las tierras que sembraban; esto es, la una tercia parte del Sol y la otra del Inca. De esta manera tuvieron los Reyes abundancia de maíz en aquella tierra, tan fría y estéril, y los Collas llevaban en su ganado, para trocar con los parientes trasplantados, grandísima cantidad de quinua y chuñu, que son papas pasadas, y mucho tasajo, que llaman charqui, y volvían cargados de maíz y pimientos y frutas, que no las había en sus tierras; y éste fue un aviso y prevención que los indios estimaron en mucho.
Pedro de Cieza de León, hablando en este mismo propósito, capítulo noventa y nueve, dice: "Siendo el año abundante, todos los moradores de este Collao viven contentos y sin necesidad; mas si es estéril y falto de agua, pasan grandísima necesidad. Aunque a la verdad, como los Reyes Incas que mandaron este Imperio fueron tan sabios y de tan buena gobernación y tan bien proveídos, establecieron cosas y ordenaron leyes a su usanza, que, verdaderamente, si no fuera mediante ello, las más de las gentes de su señorío pasaran con gran trabajo y vivieran con gran necesidad, como antes que por ellos fueran señoreados. Y esto helo dicho porque en estos Collas y en todos los más valles del Perú, que por ser fríos no eran tan fértiles y abundantes como los pueblos cálidos y bien proveídos, mandaron que, pues la gran serranía de los Andes comarcaba con la mayor parte de los pueblos, que de cada uno saliese cierta cantidad de indios con sus mujeres, y estos tales, puestos en las partes que sus caciques les mandaban y señalaban, labraban los campos en donde sembraban lo que faltaba en sus naturalezas, proveyendo con el fruto que cogían a sus señores o capitanes, y eran llamados mitimaes. Hoy día sirven y están debajo de la encomienda principal, y crían y curan la preciada coca. Por manera que, aunque en todo el Collao no se coge ni siembra maíz, no les falta a los señores naturales de él y a los que quieren procurar con la orden ya dicha; porque nunca dejan de traer cargas de maíz, coca y frutas de todo género y cantidad de miel". Hasta aquí es de Pedro de Cieza, sacado a la letra.
Trasplantábanlos también por otro respecto, y era cuando habían conquistado alguna provincia belicosa, de quien se temía que, por estar lejos del Cozco y por ser de gente feroz y brava, no había de ser leal ni había de querer servir en buena paz. Entonces sacaban parte de la gente de aquella tal provincia, y muchas veces la sacaban toda, y la pasaban a otra provincia de las domésticas, donde, viéndose por todas partes rodeadas de vasallos leales y pacíficos, procurasen ellos también ser leales, bajando la cerviz al yugo que ya no podían desechar. Y en estas maneras de mudar indios siempre llevaban Incas de los que lo eran por privilegio del primer Rey Manco Cápac, y enviábanlos para que gobernasen y doctrinasen a los demás. Con el nombre de estos Incas honraban a todos los demás que con ellos iban, porque fuesen más respetados de los comarcanos. A todos estos indios, trocados de esta manera, llamaban mítmac, así a los que llevaban como a los que traían: quiere decir: trasplantados o advenedizos, que todo es uno.
Entre otras cosas que los Reyes Incas inventaron para buen gobierno de su Imperio, fue mandar que todos sus vasallos aprendiesen la lengua de su corte, que es la que hoy llaman lengua general, para cuya enseñanza pusieron en cada provincia maestros Incas de los de privilegio; y es de saber que los Incas tuvieron otra lengua particular, que hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni les era licito aprenderla, como lenguaje divino. Esta, me escriben del Perú que se ha perdido totalmente, porque, como pereció la república particular de los Incas, pereció también el lenguaje de ellos. Mandaron aquellos Reyes aprender la lengua general por dos respectos principales. El uno fue por no tener delante de sí tanta muchedumbre de intérpretes como fuera menester para entender y responder a tanta variedad de lenguas y naciones como había en su Imperio. Querían los Incas que sus vasallos les hablasen boca a boca (a lo menos personalmente, y no por terceros) y oyesen de la suya el despacho de sus negocios, porque alcanzaron cuánta más satisfacción y consuelo da una misma palabra dicha por el Príncipe, que no por el ministro. El otro respecto y más principal fue porque las naciones extrañas (las cuales, como atrás dijimos, por no entenderse unas a otras se tenían por enemigas y se hacían cruel guerra), hablándose y comunicándose lo interior de sus corazones, se amasen unos a otros como si fuesen de una familia y parentela y perdiesen la esquiveza que les causaba el no entenderse. Con este artificio domesticaron y unieron los Incas tanta variedad de naciones diversas y contrarias en idolatría y costumbres como las que hallaron y sujetaron a su imperio, y los trajeron mediante la lengua a tanta unión y amistad que se amaban como hermanos, por lo cual muchas provincias que no alcanzaron el Imperio de los Incas, aficionados y convencidos de este beneficio, han aprendido después acá la lengua general del Cozco y la hablan y se entienden con ella muchas naciones de diferentes lenguas, y por sola ella se han hecho amigos y confederados donde solían ser enemigos capitales. Y al contrario, con el nuevo gobierno la han olvidado muchas naciones que la sabían, como lo testifica el Padre Blas Valera, hablando de los incas, por estas palabras: "Mandaron que todos hablasen una lengua, aunque el día de hoy, por la negligencia (no sé de quién), la han perdido del todo muchas provincias, no sin gran daño de la predicación evangélica, porque todos los indios que, obedeciendo esta ley, retienen hasta ahora la lengua del Cozco, son más urbanos y de ingenios más capaces, lo cual no tienen los demás". Hasta aquí es del Padre Blas Valera; quizá adelante pondremos un capítulo suyo donde dice que no se debe permitir que se pierda la lengua general del Perú, porque, olvidada aquélla, es necesario que los predicadores aprendan muchas lenguas para predicar el Evangelio, lo cual es imposible. 

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